La lesión de menisco, situada en la parte de la rodilla, es una de las más frecuentes. Sobre todo, en el ámbito deportivo. Y como traumatólogo especializado en este tipo de lesiones, recibo a muchos pacientes con este problema, buscando una rápida solución para darles tratamiento. Pero antes de hablar de sus formas de tratamiento, voy a contarte qué es exactamente el menisco y cómo se produce la lesión.
Para que entiendas mejor sobre este tipo de lesión, tengo que hacer alusión al amortiguador de la rodilla, por lo que es muy importante conservarlos en todo momento. Anteriormente, podía pensarse que no tenían una función predeterminada. Que si existía alguna lesión, se podía emplear la cirugía y simplemente se quitaban los meniscos. Pero era incierto. Ahora, gracias a las tecnologías, la experiencia y la medicina, sabemos que al suprimirlos, puede ocasionar la aparición de artrosis.
Es una forma de incrementar el desgaste del cartílago de la rodilla de forma precoz. Por eso, como experto en este tipo de cirugías, intento en todo momento conservarlos en caso de lesión. Si se trata de meniscos rotos, mi equipo y yo logramos coserlos gracias a la ayuda de la artroscopia, de la que te hablaré concretamente más adelante.
Pero, si no pudieran coserse por algún motivo tras haber estudiado el tratamiento, lo que haremos será preservarlos. ¿De qué forma? Controlaremos el dolor con infiltraciones y rodilleras específicas.
Y en situaciones más extremas, si hay que operar y quitarlos, los sustituiremos por otros, ya sean artificiales o mediante un transplante. De todos modos, el protocolo de fisioterapia y de readaptación será crucial para el éxito del tratamiento de los meniscos.
Por eso, tanto mi gran plantilla de profesionales como yo, haremos todo lo posible para que las incisiones sean mínimas, no sufras dolor y, pos supuesto, tengas la más pronta recuperación.
Para que entiendas mejor cómo funciona este tratamiento, pongo a tu disposición este vídeo explicativo.
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